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La otra cara del teletrabajo

Trabajar desde casa tiene muchas ventajas, pero tiene efectos perjudiciales cuando no se hace en las condiciones adecuadas



La pandemia de Covid-19 ha elevado el teletrabajo a categoría de normal. La práctica totalidad de las empresas han tenido que abandonar las oficinas tradicionales y operar desde el domicilio de cada uno de los empleados.

Eso ha supuesto una solución ante los peligros del virus y ha descubierto las ventajas de poder contar con esta opción incluso cuando vuelva la normalidad, pero también ha revelado muchas desventajas, especialmente cuando se teletrabaja sin tener las condiciones adecuadas. Diversas encuestas señalan que durante el confinamiento el teletrabajo ha significado para cada empleado dos horas más de trabajo al día en Europa y tres en Estados Unidos.

Sea como sea, teletrabajar es ya una realidad para la mayor parte de la población y se va a extender en el tiempo. Twitter, por ejemplo, ya ha comunicado a sus trabajadores que podrán trabajar siempre desde casa. Facebook prevé que en cinco años la mitad de su plantilla ya estará trabajando a distancia. Google tiene toda su plantilla fuera de las oficinas y esta situación perdurará como mínimo hasta julio de 2021.

En España, la mayoría de las grandes empresas ya han asumido el teletrabajo como algo normal. La aseguradora Zurich cree que hasta mitad del año próximo no tendrá a un 60% de la plantilla en las oficinas. ING permitirá a cada empleado elegir desde dónde desea trabajar. Más del 40% de las empresas españolas mantendrá el teletrabajo, lo que supone, según el Banco de España, que el 30% de los trabajadores no trabajará desde la oficina.

La crisis sanitaria obligó a lanzarse al teletrabajo sin haberlo preparado. El 70% de las empresas españolas lo hicieron. Antes de la pandemia, apenas un 4% de los trabajadores trabajaba a distancia alguna vez durante la semana. Al no estar preparadas las empresas, esto se ha traducido en falta de eficiencia, más horas de trabajo, falta de conexión con el resto del equipo, estrés continuo, interminables jornadas de trabajo y ciertas secuelas de salud como dolor en las cervicales.

Todo ello producto de confundir el hogar con el lugar de trabajo y mezclar las actividades habituales de cada sitio. Además, en la mayor parte de los casos, las viviendas no están preparadas para el trabajo por lo que se acaba utilizando el ordenador desde el sofá, la cocina o la terraza con los inconvenientes que ello plantea.

Por ello, el Gobierno trabaja en un proyecto de ley que regule el teletrabajo. Esta iniciativa ha sido negociada con los agentes sociales e incluye voluntariedad, flexibilidad y derecho a la desconexión por parte del trabajador. Teletrabajo sí, pero en condiciones.

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